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13 de junio de 2008

ARGIRÓPOLIS


ARGIRÓPOLIS:

UN DISTRITO FEDERAL EN EL ESTUARIO DEL PLATA

Por Eduardo Thenon, PhD

Buenos Aires, junio de 2008

Argirópolis

Sarmiento publicó en 1850 su obra Arjyrópolis, o la Capital de los Estados Confederados del Río de la Plata[1]. El subtítulo de la obra anticipa una iniciativa de ordenamiento para una nación en ciernes. Pero la idea excede ese plano y avanza en el diseño de un vasto sistema político territorial. La edición prima del texto sarmientino apareció en Francia y en francés. El interés galo por la curiosa propuesta queda en evidencia en el texto inserto en la portada de la primera edición en español, aparecida en Chile[2]:

Solución de las dificultades que embarazan la pacificación permanente del Río de la Plata, por medio de la convocación de un congreso, i la creación de una capital en la isla de Martín García, de cuya posesión (hoi en poder de Francia) dependen la libre navegación de los ríos, i la independencia, desarrollo i libertad del Paraguay, el Uruguay i las Provincias Argentinas del litoral (sic).

Sarmiento propone resolver así la pugna territorial entablada por el control político-institucional de la heredad virreinal. El sueño expresado en Arjyrópolis ofrece explícitamente un “medio de pacificación” para los países del Plata, empeñados en aquel momento en diversas luchas, y el nombre es elegido con tanta imaginación como propiedad y equilibrio porque Argirópolis significa ciudad del Plata. La idea participa del idealismo decimonónico y ha sido criticada por "falta de nacionalismo" a pesar de que la Argentina naciente yacía entonces bajo una autocracia. Pero aquella ilusión cobra ahora un sentido inesperado y muestra una visión superior a la de su tiempo (y quizás de mayor alcance que la de algunos analistas del presente). Las expectativas de unidad continental alimentaron sueños recurrentes en la América del Sur emancipada[3]; pero el impulso integrador de los primeros estadistas cayó pronto en el olvido o siguió cursos declamatorios, con escaso efecto sobre las relaciones entre las naciones del continente. Aquellos intentos idealistas dieron lugar, no obstante, a la variante visionaria de crear un distrito federal en Martín García. Recordemos brevemente que esta pequeña isla argentina se encuentra en el tramo superior del Plata, próxima a la costa uruguaya, y mide 3,4 Km. de largo por 1,7 Km. de ancho, en tanto su altitud máxima es de 25 metros. La isla no tiene su origen fisiográfico en la acreción sedimentaria fijada por una cubierta vegetal, tal como es comúnmente el caso en las islas del valle fluvial y del delta del Paraná; se trata en cambio de un bloque aflorante del basamento precámbrico. En cuanto al aspecto biogeográfico basta aquí con mencionar que el registro, clasificación y zonación de especies permite distinguir no menos de diez unidades ecológicas en la pequeña isla.


Isla Martín García - Estuario del Plata


Una capital regional en pleno estuario del Plata

Hacia 1850 la configuración territorial argentina aún no podía considerarse bien establecida y subsistía el problema de establecer la capital nacional. La competencia entablada entre diversos sistemas políticos territoriales y las disputas por autonomías o por la primacía regional trababan el progreso, esterilizaban esfuerzos, malograban oportunidades y mantenían ocupadas en cuestiones mezquinas a las principales ciudades de cada formación, sobre todo a las históricas ciudades de cabecera. La creación de un distrito federal próximo a Buenos Aires, pero fuera de su alcance directo y precisamente aislado de ella, en un enclave insular circunstancialmente sujeto al dominio de una potencia europea, revestía en aquel momento un enorme sentido político, territorial e internacional. La idea de dotar de una capital común a diversos estados del sistema fluvial platense busca organizar una confederación centrada en la región centro este de la actual Argentina. Argirópolis sería la pieza maestra de la unión de Argentina, Paraguay y Uruguay, países que quedarían asociados en una amplia confederación platina, y estaría llamada a constituir por sí misma un principio de unión con sentido espacial directo. La ciudad debería constituirse como centro administrativo y comercial; asimismo ejercería el control de la navegación fluvial y brindaría el asiento para la aduana general[4]. Sarmiento procura zanjar un conjunto de cuestiones pendientes mediante la articulación de los espacios regionales. La particular propuesta, a la vez creativa y racional, quedaría hoy inscripta en la llamada ingeniería de territorios. El plan procura el equilibrio regional con la instauración de un centro geográficamente neutro. En 1850, es decir antes de la batalla de Caseros cuyo resultado abrió el camino a la reorganización institucional argentina, no podía concebirse un programa de mayor creatividad y audacia. Sarmiento reconoce que la creación en Norteamérica de Washington DC es el antecedente inmediato y el modelo de su propuesta.

Argirópolis como anticipación del proceso integrador

Las alianzas por contigüidad geográfica y la formación de espacios regionales ampliados ocupan la atención de la diplomacia moderna. Las relaciones entre espacios terrestres y geográficos se inscriben en un proceso generalizado de conformación de ensambles territoriales, productivos y geoestratégicos. La integración no implica indiferenciación. Por consecuencia, aparecen nuevos equilibrios que deberán ser consolidados mediante iniciativas de articulación geopolítica, de infraestructura y de interacción ciudadana. El proceso de unión (no de unificación) requiere medidas de ordenamiento territorial y una de ellas es el acuerdo acerca de una ciudad representativa de la convergencia. Martín García y Argirópolis no serán seguramente la solución elegida para establecer la cabecera de una formación moderna; pero sin referirnos a la Unión de Naciones Sudamericanas (con tanta indiferencia recibida) aquel sueño sarmientino, expresado 145 años antes de la integración atlántica mediante el Mercado Común del Sur, resulta aún sugestivo para los rioplatenses, y sobre todo para los soñadores navegantes del estuario…


Doctor Eduardo Thenon
PhD (Géographie, Université Laval, Québec, Canadá).
Profesor Titular de Investigación en doctorados y Miembro del Consejo Asesor del Doctorado en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de la Plata (UNLP-IRI). Director del Centro de Estudios e Investigaciones Marítimas, Unidad Académica Escuela Nacional de Náutica, Instituto Universitario Naval.



[1] Las versiones con ortografía actualizada facilitan la lectura; por ello, a los fines de estos comentarios consultamos el texto en Domingo Faustino Sarmiento, Argirópolis o la Capital de los Estados Confederados del Río de la Plata, H. Concejo Deliberante, Buenos Aires, 1961, 133 páginas. Hay publicaciones recientes en la editorial Losada.

[2] La edición chilena consigna: Santiago, Imprenta de Julio Belin, 1850. La portada se encuentra reproducida en la edición de 1961 a partir de la cual citamos, pero asimismo se consigna en otras fuentes, mencionamos aquí la ofrecida en Ana Zigon, "Sarmiento y sus amigos", Todo es Historia, Buenos Aires, Nº 255 (septiembre, 1988), p. 68.

[3] Cf. Carolina Barros, "Alberdi, precursor del Mercosur", Diario La Nación, Buenos Aires, 26-08-97.

[4] Cf. D. F. Sarmiento, op cit, p. 78

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